En ningún lugar como en las ciudades de un cierto tamaño se da una mezcla tan heterogénea de modos de transporte en un mismo espacio.
A mediados del siglo XX la mayoría de las ciudades simplificaban el problema considerando dos modos de transporte: el peatonal y el motorizado.
La solución que prevalecía era la separación total de ambos modos con la excepción de algunos pequeños espacios en los que la separación era temporal en lugar de espacial, es decir: en los cruces.
Los avances sociales y técnicos han hecho que aparezca un enorme variedad de formas de transporte que, a la vez, compiten entre sí y también se complementan.
Por otro lado la sociedad va evolucionando y exigiendo mayores y mejores espacios urbanos en los que no solo se busca calidad ambiental sino facilitar la convivencia de distintos modos de transporte con el peatonal.